viernes, 16 de abril de 2010
Todos los días se aprende algo nuevo
Ayer, charlando con mi hijo, me explicaba el verdadero origen de los nombres de las facturas que solemos hallar en las panaderías. Y acá lo transcribo:
La historia es antigua y entrañable. Sobre todo porque, para cualquier argentino, resulta un modo inesperado de adjudicarle un sentido muy diferente a frases absolutamente cotidianas y casi inconscientes que uno dice cuando entra a cualquier panadería, tales como: “Dos vigilantes, tres cañoncitos de dulce de leche y una bola de fraile, por favor” o “¿Me agrega uno de esos sacramentos con dulce de membrillo?”.
La verdad es que, si uno se pone a pensar en el verdadero sentido de las palabras, resulta más que extraño acompañar el té con leche o el mate con pasteles y dulces llamados vigilantes, cañoncitos, sacramentos, bombas, bolas de fraile o suspiros de monja.
Pero existe un porqué, y tiene que ver con el anarquismo argentino de finales del siglo XIX, nada menos.
El 18 de julio de 1887, en Buenos Aires y gracias a la iniciativa del anarquista italiano Ettore Mattei, se creó la primera institución de la resistencia argentina: la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. Uno de los grandes teóricos del anarquismo moderno, su compatriota Errico Malatesta (que vivió en la Argentina entre 1885 y 1889), fue el encargado de redactar sus estatutos.
Esa sociedad, que entre 1894 y 1930 editó sin pausas el periódico El Obrero Panadero, fue la responsable de bautizar, con toda la ironía del mundo, las distintas variedades de facturas (masas horneadas) que todavía hoy, 120 años después, son moneda corriente en todas las panaderías de barrio.
Así, en “homenaje” a la Iglesia empezaron a vender sacramentos y bolas de fraile, que también pueden llamarse suspiros de monja (justo es reconocer que este es su nombre popular: en general, las panaderías las ofrecen como “berlinesas”); en recuerdo irónico de los militares, bombas y cañoncitos (rellenos de dulce de leche o crema pastelera); y como burla a la policía, vigilantes.
Y ahora disculpen... me voy de una escapada al Delicity de acá a la esquina.
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Verdaderamente siempre se aprende algo nuevo,pero llámese como se llamen las de Delicity son muy sabrosas,Besos.Má
ResponderEliminarME ENCANTO..¡¡¡¡¡ y si las de DELICITY, son muy buenas, pero la panaderia de la esquina de mi casa no tiene nada que envidiarle....
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