viernes, 17 de febrero de 2012
¡Renovada!... ¿Renovada?
Una vieja tira de Mafalda mostraba a toda la familia abriendo la puerta de la casa, de regreso de las vacaciones, con bolsos y valijas, mientras el papá decía algo así como "Ahhh... uno vuelve de las vacaciones sintiéndose otro". En el siguiente cuadro, aparecía Mafalda agachada, recogiendo los sobres de los impuestos que les habían pasado por debajo de la puerta, mientras exclamaba algo parecido a "¡Y estos tontos siguen escribiendo a nombre del que eras antes!".
Por los años que llevo trabajando, me corresponde un mes y medio de vacaciones. Demasiado tiempo, considerando que mis vacaciones son algo especiales: tengo que dejar el trabajo adelantado. Por tal razón, suelo tomarme sólo un mes y el resto, durante el año.
Hace pocos días me reintegré a mis actividades, supongo que, como bien decía el papá de Mafalda, "sintiéndome otra". Pero ahora descubro que no me gusta esa "otra" que volvió. Ahora espero que regrese "aquella" que estaba antes de irme.
En una semana, me sucedieron (por no decir "realicé) las siguientes incoherencias:
• Mientras ayer les preparaba el almuerzo a mi hijo y su novia, lavaba unos platos que había en la pileta. Condimenté una ensalada, me puse los guantes de goma, tomé la esponjita y volqué sobre ella un poco de... ¡aceite! ¡Aghhh! Ante las risas de los chicos, lo único que pude decirles fue "Hubiese sido peor si le hubiera puesto detergente a la ensalada".
• Hace unos días no encontraba la abrochadora, que siempre guardo religiosamente en el primer cajón del escritorio. No me maté mucho en buscarla, porque mi lema es "ya va a aparecer cuando no la necesite". Dicho y hecho. Lástima que apareció... ¡en el cajón de los cubiertos!
• Hoy, mientras preparaba el desayuno y encendía el lavarropas, me encontré guardando la leche, después de usarla... ¡en el aparador!
• Noches atrás, con la gente transpirando por las calles y mientras los aires acondicionados y los ventiladores pasaban a ser los elementos más importantes de la casa, llegó mi hija cuando ya el horario de la cena había pasado y me preguntó "Má... ¿el horno lo dejaste prendido por alguna razón? Aghhhhh
• El miércoles fui a la oficina y me encontré con una colaboradora con quien charlé un rato largo. Antes de despedirnos, le avisé que al día siguiente tendría una revista preparada para que corrija. Cuando llegó ese día siguiente y la llamé, me respondió sorprendida "Ah, no sabía que tendrías una revista para darme". Cuando le quise recordar que se lo había comentado el día anterior al encontrarnos en la oficina, me contó que el día anterior no había estado en la oficina. Y sí, estuve charlando con otra persona y ahora descubro porqué me miraba en silencio cuando le comenté lo de la revista. Habrá pensado "mejor no abro la boca, que ésta está medio chapita"...
De más está decir que si alguien se cruza con aquella otra Andrea que solía ser, me chiste. ¡La extraño!
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