martes, 26 de mayo de 2009

Un negocio a mi medida


Me sentí identificada. ¿Habrán pensado en mí al bautizar a este negocio? ¿O habrán estado veraneando en Mar de Ajó aquél verano en que me llevé una vereda por delante y terminé aterrizando de pera contra el piso, llevándome de premio los cinco puntos que desde entonces y para siempre, me acompañan por la vida?

Nunca olvidaré ese verano. Jamás me sentí tan irresistible, no había nadie que en la playa no se diera vuelta para mirarme; ahí iba yo, con mi malla, mi bronceado y el hilo verde fosforescente bordeando mi mentón, amorotonado e hinchado por el golpe. No, si cuando estoy irresistible, no hay quien me pare…

(Nota de la editora: No debería hacerle propaganda a este negocio. Después de haberle sacado la foto, salió una empleada enfurecida para decirme que no podía fotografiar la vidriera ...)

2 comentarios:

  1. No te preocupres Rosi, no pensamos entrar al negocio, si ellos mismos me lo están pidiendo "No te caigas", yo entiendo "no te caigas por acá para comprar". Perfectooooo sigo de largo. (eso les pasa por agretas)

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  2. la del comentario anterior fui yo, la Norma, enemiga pública Nro. 1 de los mala onda.

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