
¡Socia! Como ya es costumbre desde hace unos cinco años en que la vida nos alejó unos cuantos kilómetros, acá van, a la distancia, todos mis deseos de un día y una vida feliz.
Como te lo decía en forma más personal, que se cumplan todos los deseos en que pienses cuando soples las velitas. Y más. También aquellos que no pidas y que tengas escondidos por ahí. Y más. También un sinfín de cosas lindas, aunque no se te ocurra pedirlas. Porque te lo merecés y porque te quiero mucho.
Lo dice Serrat, pero lo hago mío y hoy te lo dedico:
"Decir amigo
es decir juegos,
escuela, calle y niñez.
Decir amigo
es decir vino,
guitarra, trago y canción.
Decir amigo
me trae del barrio
luz de domingo
y deja en los labios
gusto a mistela
y a natillas con canela.
Decir amigo
es decir aula,
laboratorio y bedel.
Decir amigo
no se hace extraño
cuando se tiene
sed de veinte años
y pocas "pelas".
Y el alma sin mediasuelas.
Decir amigo
es decir lejos
y antes fue decir adiós.
Y ayer y siempre
lo tuyo nuestro
y lo mío de los dos.
Decir amigo;
se me figura que
decir amigo
es decir ternura.
Dios y mi canto
saben a quien nombro tanto."
Te quiero mucho.
Y te extraño.