martes, 18 de octubre de 2011

Creer o reventar


El otro día, en el gimnasio, unas señoras comentaban la experiencia que había vivido una amiga de ellas: haciendo aparatos sola, a las 7 de la mañana, en el piso de arriba, había visto... ¡un fantasma enfrente suyo! Según parece, era todo verde.

Algunas -las más miedosas- escucharon la anécdota con cara de susto. Otras -las incrédulas- nos mirábamos sonrientes. Claro, eso dio pie a muchos otros comentarios relacionados con el tema: "que cuando llega la recepcionista bien temprano escucha ruidos extraños", "que el gimnasio es una casa vieja reciclada y ahí vivía una familia que se ve que no terminó de irse", "que hay puertas misteriosas por las que nadie pasa y escaleras escondidas que nunca son usadas", etc.

Hasta aquí, lo que llamaría yo una simpática charla de gimnasio.

Lo turbio llegó después. Mi marido necesitaba renovar su cajón de ropa interior, así es que compré un calzoncillo caríííísimo, que lavé, colgué en el tender y, una vez seco, doblé y puse en la cima de una pila de ropa destinada a guardarse. Después de hacer algunas otras cosas en el hogar, grande fue mi asombro cuando volví a la mesa para tomar la pila de ropa para guardarla y noté que la nueva adquisición ya no estaba en la cima.

Desconfiando de mi memoria, revisé entre las otras prendas, en el piso, en el tender, en los placares, en el cajón de ropa interior... pero nada.

Han pasado cinco días desde aquel momento. Digo yo, ¿me habré traído del gimnasio al hombre de verde?

Y lo más importante, ¿para qué ¡!#$%/&* necesita un fantasma llevarse un calzoncillo?

1 comentario:

  1. De qué color era?? a lo mejor combinaba con el verde no?

    I see dead people ...

    NOR

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