jueves, 1 de septiembre de 2011

Egoísmo I


Vivir en departamento tiene sus ventajas: uno no se tiene que encargar de limpiar la vereda, ni de sacar la basura en los horarios pre establecidos y hasta se puede gozar de cierta seguridad al estar protegido, no tan "a mano" de la calle y sus peligros.

Pero... también tiene sus desventajas: ruidos molestos, música y lavarropas a cualquier hora, vecinos que gritan o caminan con tacos agujas de madrugada, chicos que juegan al basquet en el comedor sin importarles la gente que vive abajo (sí, exactamente esto, aunque no se pueda creer, nos pasa a nosotros), arreglos con martillos, sierras y otras máquinas hiper ruidosas durante las tardes de los fines de semana (esto también nos pasa), perros que no saben hacer otra cosa que ladrar, etc.

Pero si hay algo que odio es el egoísmo y la desidia con que algunos vecinos ignoran a sus prójimos y bajan a abrir la puerta de entrada -ya sea para recibir o despedir a un conocido o buscar el pedido del delivery- y, aunque se queden conversando el tiempo que sea, dejan la puerta del ascensor abierta. ¿Acaso hay gente que paga más expensas por el uso exclusivo del ascensor y yo no me enteré?

Lo peor de todo es que a veces bajo por escalera pensando en la sarta de insultos que les voy a dedicar cuando pase al lado de ellos y, al llegar a la planta baja, me encuentro con que ya subieron.

Los detesto.

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