sábado, 3 de septiembre de 2011

Egoísmo II


Esperando que el semáforo nos diera paso en la esquina de Santa Fe y Pueyrredón, observamos absortos con mi marido los balcones del edificio de esa esquina, adornados con floridas y pequeñas macetas... ¡en el borde mismo del balcón!

¿No se les ocurrió pensar, a los dueños de ese departamento, que un viento fuerte podría tirar abajo alguna maceta y herir a un transeúnte? ¿O tal vez un codazo involuntario al regarlas? ¿O una paloma en pleno vuelo? ¿O un murciélago?

Si esto no es falta de consideración y de conciencia, le pega en el palo (esperemos que no en la maceta, por el bienestar de nuestras cabezas y de las de los vecinos que pasen por ahí).

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