jueves, 12 de agosto de 2010

La salud de nuestro planeta


El viernes pasado, mientras hacíamos nuestra caminata aeróbica semanal con mis amigas Vivi y Norma, pudimos participar de un momento que nos llenó de asombro.

En la plaza que viernes tras viernes nos permite mantenernos en forma, hay tres enormes tachos de basura, de distintos colores, con las leyendas que indican la división de residuos (aquí, plásticos, allá comestibles, y en el otro, vidrios).

Grande fue nuestro asombro cuando llegó un enorme camión para recolectar los contenidos de estos tachos, los levantó uno por uno y abriéndoles la base, volcó los contenidos en su parte trasera... ¡mezclándolos!

No hay dudas de que hay gente que se preocupa por el planeta y otra a la que le da lo mismo.

Esto me recuerda un acontecimiento que vivimos acá cerca, en nuestro propio edificio. Mi hijo menor, movido por el entusiasmo de haber leído que hay una posibilidad de evitar la contaminación que provocan las pilas en el planeta, se abocó a la tarea de participar en el proyecto: se trata de juntar pilas (en el barrio, la escuela, el edificio, etc.) dentro de botellas plásticas y, al llenarlas, llevarlas a un lugar donde se encargan de ellas sin perjudicar al planeta. Le avisó a sus conocidos que en casa habría una botella a tales efectos y colocó otra en la mesita del hall de entrada del edificio para que los vecinos aprovecharan la oportunidad.

Durante el tiempo que estuvo, muchos lo hicieron. Lástima que la vecina que vive justo debajo nuestro (que en alguna oportunidad me llamó para quejarse del ruido que hacían mis cucharitas durante el desayuno) consideró que "quedaba feo" y la tuvimos que sacar... Lo lastimoso es que hasta hace poco tiempo, esta buena (?¿) señora fue vicedirectora de una importante escuela de la ciudad. ¿Habrá sido esto lo que les inculcó a sus alumnos?

Dicho sea de paso, ahora las dos botellas están en casa. Se aceptan donaciones.

2 comentarios:

  1. JAJAJ!! no me voy a olvidar de nuestras caras de asombro!!. Esto me hace acordar una vez q mi mama me enseñaba a hacer guiso me recomendó q las papas la cortara todas iguales, casi del mismo tamaño para que se cocinen parejas. Obviamente eso hice, respetando la regla culinaria. Una vez cocinado y servido el guiso, veo q mi papá tenedor en mano aplastó c/u de las papas ... "a mi me gustan aplastadas" me dijo jajaj!!.
    Creo que los otros días debo haber puesto la misma cara de desconcierto de aquella vez.
    NOR

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  2. No puede!!!! jajajaja. Yo hubiese puesto también la misma cara!!

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