lunes, 10 de agosto de 2009

El día del niño


Un nuevo día del niño... Además de aprovechar este espacio para saludar a toda la gente cercana a mis afectos que todavía tiene un niño en un rincón del corazón (frase trillada si las hay...) quiero recordar el regalo favorito que esperaba año tras año cuando, de niña, llegaba el día del niño: ¡el puching ball!

Sí, la verdad es que no era algo demasiado femenino. Pero me encantaba. Y no para practicar box, sino para verlo ahí, en mi habitación, como si se tratara de un ser vivo, que se movía cuando yo pasaba cerca. El problema era cuando mi hermano pasaba cerca y, por casualidad, llevaba ¡un alfiler! en su mano, que usaba para pincharlo (se ve que lo que a él le gustaba era ver cómo perdía vida...). De ahí que todos los años pedía el mismo regalo. No duraba mucho más.

Vaya este recuerdo de mis años de niñez y todo mi afecto para los niños de ahora, de ayer y de siempre.

1 comentario:

  1. Pobrecita mi niñita por el recuerdo que le quedó.Pero no deja de ser gracioso,y seguro hecho por el amor de un hermano.Besos Ma

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