viernes, 21 de noviembre de 2014

Señales



Creo haber comentado, hace ya algunos años, que soy bastante creyente en las señales que puedan aparecerme en momentos indicados.

Meses atrás, en uno de esos días grises del alma en que había tomado una decisión necesaria pero dolorosa, acompañé a mi hijo a la ferretería porque necesitaba comprarse un candado. Que con llave no, que grande pero no mucho, que seguro pero no caro... terminó eligiendo uno con clave numérica. El empleado tomó una cajita entre... ¡cientas! y cuando lo invertimos para ver la clave, encontramos el número: 2701, día y mes del nacimiento de mi papá y, lo que es más importante, el número al que apostó toda su vida.

No había dudas, papá me estaba enviando una señal... ¿desde el más alla? Salí del negocio preguntándome qué habría querido decirme. Ahora, a algunos meses de lo sucedido y después de haberlo recapacitado, creo que sólo fue un abrazo que me mandó para consolar un poco al alma dolorida.

Gracias, pá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Algo para decir? ¡Este es el momento!