sábado, 31 de enero de 2009
Puntos de vista
—Escucha —dijo Lobo Grande a Lobo Pequeño—. Y atiende bien. Si por ese sendero que ves ahí, pasa una niña con una cesta y una caperuza de este color —le mostró unas guindas—, ni le hables. ¡Es un ser muy peligroso! Esa muchachita tuvo mucho que ver con el triste final de tu tatarabuelo.
(Armando Quintero, Un lugar en el bosque)
Este texto me hace acordar a una situación que vivimos con Matías cuando iba a primer grado. La maestra le había indicado (en un evidente ejercicio de comparación de tamaños) que dibujara "3 casas grandes y dos chicas". Matu dibujó "tres casas grandes y dos chicas... rubias (dos nenas)" y, obviamente, volvió enojado porque la tarada de la maestra le puso "mal".
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...y cuando dibujó su familia te acordás dónde se colocó él??? Siempre muy especial el futuro astrónomo...Ja ja ja...
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