domingo, 24 de abril de 2011

"Porque te quiero"


No hay mejor manera para empezar el día, que con un ramo de margaritas en las manos de una hija que dice "Porque te quiero mucho". ¡Gracias, Floripondia! Por las flores y por estos casi veintidós años compartidos. Te amo

viernes, 1 de abril de 2011

Vueltas y más vueltas


Durante este año, con mi hijo menor estrenando carnet universitario, hay en casa un nuevo integrante de la lista de usuarios de monedas.

Como ya es sabido, los bancos "siempre al servicio del cliente" que gastan saliva y llamadas -mientras molestan- en ofrecer beneficios y tarjetas, nunca tienen monedas para cambiar. Y si las tienen, son ínfimas.

Por tal razón, me sugirieron que comprara la tarjeta "Monedero", en la que podríamos cargar dinero y usar para viajar, tanto en subtes como en colectivos. Claro, la cosa no era tan sencilla. La entregan en algunas estaciones de subte y en estos momentos, no hay. Volverán a distribuirlas dentro de un mes. Mientras tanto, ajo y agua (ajo... derse y agua... ntarse).

En medio de la rabia, nos llegó otra propuesta. En las oficinas de los correos entregan la tarjeta "Sube", que se carga en las ventanillas de subtes y sirve para iguales fines.

Esta mañana, después de esperar ¡28 números! llegué a la ventanilla y la pedí. Me pidieron el documento porque me explicaron que es una tarjeta personal. "¿La puede usar mi hijo?" -pregunté. "¿Es menor de edad?" -me respondió la empleada. "Tiene 18" -le contesté. "Entonces tiene que venir él personalmente con su documento y firmar" creo que contestó (porque la voz llegaba hacia afuera de la ventanilla a través de un micrófono que se entrecortaba y por lo cual tuve que preguntar varias veces "¿Cómo?" a cada respuesta de la empleada).

Al lado mío, un señor se retiraba con la tarjeta "Sube" en su poder. Observé que sólo tenía algunos números en el frente. "Pero ¿cómo? ¿No lleva el nombre y apellido del titular?" -pregunté a la empleada. "No" -me respondió. "¡Pero entonces la puedo sacar a mi nombre y prestársela!" -deduje en voz alta. "Ah, bueno, si usted se la quiere prestar..." -fue su respuesta...

Agghhh...... La empleada pública de Gasalla, al lado de ésta, un poroto...